El duelo entre Claypole y Victoriano Arenas, válido por la Primera D del fútbol argentino, se transformará en uno de esos hitos de la historia del balompié mundial.
Y es que el encuentro finalizó con una impresionante batalla campal entre los integrantes de ambos equipos que derivó en el récord de 36 expulsados, donde se contabilizan a los once titulares y siete reservas de cada elenco.
Ante la “gresca”, el juez del compromiso, Damián Rubio, se vio en la obligación de comunicar este episodio a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), ente que decidió citar a los implicados para explicar lo sucedido.
En tanto, Sergio Micieli, técnico de Claypole, consideró un grave error y un gran peligro reunir nuevamente a los jugadores de los dos equipos.
'Si tenemos que declarar todos a la vez somos capaces de volver a enfrentarnos de nuevo. No sé qué vamos a presentar si nos expulsan a los 18 jugadores. No todos tienen la culpa, es una estupidez lo que están haciendo. Había más jugadores separando que peleándose. Incluso, hubo muchachos que ni se metieron', explicó el entrenador.
Por su parte, el presidente de Victoriano Arenas en vez de condenar a quienes incurrieron en la pelea, lanzó todos sus dardos contra el árbitro del cotejo.
'El árbitro se fue a un córner. Yo les pedí por favor a los policías que metieran a los jugadores en los vestuarios, porque me los iban a matar. El juez se lavó las manos. Si me dejan a todos los futbolistas afuera, no tengo equipo que presentar. Si él no puede definir bien quién le pegó a quién, no los pueden sancionar", disparó.