El conjunto sevillano fue a París, la ciudad de las luces, para salir de la penumbra en la que anda sumido desde hace algunas semanas y lograr una victoria reconfortante en lo anímico y en lo deportivo. Pero no fue así, tanta luz cegó a los de Gregorio Manzano que volvieron a caer derrotados en un partido en el que el equipo estuvo desastroso en labores defensivas.
Dicho encuentro tuvo dos fases, la primera se corresponde con la primera mitad; totalmente alocada, acabó con 3-2 para los parisinos, tras adelantarse con dos goles en tres minutos el PSG, tantos de Bodmer y Hoarau en balones parados, y luego lograr el empate Frederic Kanouté con dos goles de bella factura, gracias a dos buenas asistencias de Diego Capel y Diego Perotti. Pero cuando ambos equipos parecían firmar las tablas en el descanso, apareció un viejo conocido, Nené, que de un zapatazo puso el 3-2 en el marcador golepeando fuertemente a la moral de los hispalenses.
Gregorio Manzano, que había decidido reforzar el medio centro con Zokora,Romaric y Renato, decidió quitar del terreno de juego a Didier Zokora y meter al madrileño Álvaro Negredo. Pero en los primeros compases de esta segunda mitad, otro error clamoroso en la defensa nervionense propició el definitivo 4-2, obra de Hoarau de nuevo. El delantero aprovechó su corpulencia y los despistes defensivos de sus rivales para imponerse y ratificarse como un delantero a tener en cuenta por muchos ojeadores.
A raíz de ese gol, el Sevilla desapareció, es ahí cuando entró la segunda fase del partido, el choque se volvió apático y perdió trascendencia, los jugadores sevillistas fueron devorados en el medio centro y los balones no llegaron a los hombres de arriba. En los minutos finales, el partido se calentó con la entrada de Jallet, que tuvo varios rifi-rafes con Perotti y Fernando Navarro. Al final, pequeña trifulca y los puntos en la saca de los galos, que recuperan el liderato del grupo J.
